19 de Febrero del 2025
"Todo pámpano ... que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto." (Juan 15 :2.)
Una cierta cristiana estaba sorprendida por la variedad de aflicciones de las cuales ella parecía ser el blanco. Al pasar por una viña una magnífica tarde otoñal, notó que ésta parecía estar sin podar y que las parras estaban llenas de hojas, el terreno estaba enmarañado con hierba y maleza, y todo aquel lugar parecía que estaba completamente descuidado. Estaba reflexionando sobre esto cuando el Divino Jardinero susurró un mensaje tan instructivo que ella sintió el deseo de transmitirlo a los demás:
"Hija mía, ¿Estás pensando acerca de las tribulaciones de tu vida? Contempla aquella viña y aprende de ella. El jardinero cesa de arreglarla, podarla, pasar el rastro o arrancar el fruto, solamente cuando no espera nada más de la viña durante aquella estación. Se le abandona porque ya ha pasado la época del fruto y todos los esfuerzos que en ella se invirtieron por ahora serían infructuosos. El estado de libertarse del sufrimiento es una verdadera inutilidad. ¿Quieres entonces que cese de podar tu vida? ¿Deseas que te deje sola? Y el corazón fortalecido gritó, "¡No!"- Relato de Homera Homer-Dixon.
La rama es la que lleva el fruto y siente la cortadura del cuchillo cuando se le poda para que dé un mayor fruto y crecimiento.
Mi cuerpo, vida y alma,
Mis lágrimas, mi duelo,
Son del Autor del cielo,
Del mar y de la luz
Son suyos mis cuidados,
Y son en cambio mías
Las dulces alegrías
De mi Señor Jesús.
En los amantes brazos
Del Dios que me perdona
Mi alma. se abandona
Con fe, esperanza, amor.
Es el trabajo de la poda, el que produce: orden, vigor, renuevo. En la limpieza se establece el futuro del fruto, su tamaño y su calidad. Es el Jardinero Divino quien hace con sabiduría la preparación para el desarrollo y expansión de la vida de sus amados, con miras a una gloriosa eternidad a Su lado. Solo quita el pámpano que sirve, para dar lugar al crecimiento correcto. No daña lo que ama, sino que limpia de lo que realmente hace infructuosa nuestra vida e impide el fruto de su Presencia.
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