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martes, 18 de febrero de 2025

¿Creo o dudo? ¿Espero o desespero?

 



18 de Febrero del 2025

"Tened fé que todo lo que pidiéreis orando, ya os ha sido concedido y hallaréis que lo recibiréis!' (Marcos 11:24, Traducción Literal.)

Cuando mi niño iba a cumplir los diez años, su abuela le prometió un album de sellos para las Navidades. Llegaron las Navidades, pero no recibió ni el álbum ni una sola palabra de la abuela. Acerca de esto no se dijo ni una palabra, pero cuando sus compañeros de juego vinieron a ver sus regalos, yo quedé sorprendido cuando después de haber hablado de este y de aquel regalo, el niño añadió:

"Y un álbum para sellos, de mi abuelita."

Habiéndole oído decir esto varias veces, lo llamé aparte y le dije, "Jorge, tu no has recibido el álbum de la abuela. Por qué dices eso?"

Hubo una muestra de sorpresa en su rostro, como si él se hubiese extrañado de que le hiciese tal pregunta, y contestó, "Está bien mamá, la abuelita lo dijo, y es lo mismo que si lo hubiese recibido!' No repliqué una palabra, por no lastimar su fé.

Pasó un mes y no se oyó nada acerca del álbum. Por fin un día, para probar su fé y al mismo tiempo extrañándome de que no se le hubiese enviado el álbum, le dije, "Jorge, me parece que la abuela ha olvidado su promesa." "Nó, mamá," replicó con voz firme, "Ella no ha olvidado."

Observé aquella cara querida y confiada por un rato, la cual parecía desafiar las posibilidades que yo había sugerido. Finalmente un rayo de luz pasó por su cara y dijo, "Mamá, crees que sería conveniente que le escribiese dándole las gracias por el álbum?"

"Yo no sé," le dije, "pero podías tratar el hacerlo." Una gran verdad espiritual empezó a nacer en mí. En unos minutos la carta fué escrita y echada al correo. Al poco tiempo recibió la respuesta, que decía:

"Mi querido Jorge: No he olvidado la promesa que te hice del álbum. Traté de adquirir uno como lo deseabas, pero no pude encontrarlo de esa clase; así que envié por él a Nueva York. No lo recibí hasta después de las Navidades, y después de todo no era la clase que tu querías, así que envié por otro, y como aún no ha llegado, te envío tres dólares para que compres uno en Chicago. Tu abuela que mucho te quiere."

Al leer la carta, su rostro parecía el de un conquistador. "No te decía, Mamá?" fueron las palabras que salieron de la profundidad de un corazón que nunca dudó, que "contra esperanza, creyó en esperanza" que el álbum llegaría. Mientras confiaba, la abuela estaba obrando, y en el tiempo oportuno la fé se hizo visible.

La falta de vista es una cosa muy humana cuando miramos a las promesas de Dios, pero nuestro Salvador dijo a Tomás y al gran número de personas que desde entonces le han seguido e imitado en la duda: "Bienaventurados aquellos que no han visto y han creído."-Mrs. Rounds.

Cada jornada que iniciamos en nuestra vida tiene por delante los desafíos de una fe, ya sea la natural o la espiritual,  crees por lo tanto actuamos. Que la inspiración de tus convicciones hoy sea caminar con Jesús y a su manera, confiando en cada Palabra dada por el Padre, porque ellas tienen el peso de la eternidad. Que puedas ver al Espíritu Santo guiándote a ser como Jesús, y seas testigo de su hacer. Que no mengue tu esperanza por los infortunios que se presenten, sino más bien te alienten a ver el poder de Dios en tu vida. ¡Que hoy tu confianza en sus Palabras lo glorifiquen!


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