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lunes, 10 de noviembre de 2025

En circunstancias desesperadas.



 "En circunstancias desesperadas él creyó con esperanza." Romanos 4:18. Versión de Weymouth.

La fe de Abraham parece ser que estuvo en armonía perfecta con el poder y la fidelidad constante de Jehová. En las circunstancias exteriores en que estuvo colocado no podía tener la menor idea de que se cumpliese la promesa. No obstante, él creyó en la Palabra de Dios y pensó en el tiempo venidero en que su simiente sería tan numerosa como las estrellas del cielo.

¡Alma mía! Tú no tienes solamente una promesa, como tuvo Abraham, sino miles de promesas, y modelos de muchos creyentes fieles delante de ti. Por lo tanto, es muy importante y necesario para ti, que confíes enteramente en la Palabra de Dios. y aunque El retrase Su ayuda, y parezca que el mal aumenta más y más, no te debilites por ésto, sino al contrario, aumenta tus fuerzas y regocíjate, por que las promesas más maravillosas de Dios, generalmente se cumplen, cuando no hay la menor señal de ello; entonces es cuando Dios se presenta resueltamente y nos salva.

El usa este método con el fin de que no confiemos en nada de lo que vemos o sentimos, como siempre estamos inclinados a hacer, sino que confiemos plenamente en Su Palabra, cualquiera que sea la circunstancia en que nos encontremos. -C. H. Van Bogatzky.

Recuerda que el tiempo apropiado para que obre la fe, es cuando cesa de hacerlo la vista. Cuanto mayores sean las dificultades, es mucho más fácil para la fe. En tanto que permanecen ciertas perspectivas naturales, la fe no obra tan fácilmente como cuando estas perspectivas fracasan. -George Mueller.

2 Corintios 4:13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,

Salmos 27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.

Salmos 16:8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Job 19: 25-27 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. 

Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.


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