Y Samuel dijo: ¿se complace Jehová tanto en los holocaustos y victimas, como en que se obedezcan a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención a la grosura de los carneros.
1 Samuel 15:22
Dios acordándose de que el pueblo de Amalec trató mal a los israelitas cuando salieron de Egipto y no les dieron paso por su tierra, le ordenó a Saúl, primer rey de Egipto, ir a combatir contra ellos, dándole esta orden: “Destruye por completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión. Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y ovejas, camellos y asnos” (v. 3). Saúl salió y efectivamente Dios entregó en sus manos a los amalecitas. Sin embargo, le pareció bien a Saúl no solo dejar con vida al rey Amalec sino que tomaron del botín, ovejas, vacas y terneros gordos junto con otras cosas de valor con el pretexto de ofrecerlas al Señor. Esta desobediencia le costó a Saúl el reino.
¿Cuántas veces nosotros también obedecemos a medias? No tenemos en cuenta que si no lo hacemos completo, de todas maneras es desobediencia. Con Dios no podemos jugar; cuando Él da un mandato nuestra disposición para cumplirlo debe ser total. Un ejemplo claro puede ser el siguiente: para Dios es gran abominación la idolatría, no está de acuerdo en que se adoren imágenes y muchas personas están convencidas que ofrecer el sacrificio de subir a una montaña a pie para adorarlas, le va a agradar. ¡Cuán equivocados están! “¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice?”. Este puede ser un ejemplo clásico; pero hay muchísimos más porque tenemos la creencia que “peco, confieso y empato”. ¡Cuidado! “De Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu cosechará vida eterna” (Gálatas 6:7-8). Si Dios nos dice no matarás, y no se mata pero odiamos a nuestro agresor, ya estamos obrando como homicidas (1 Juan 3:15). De igual manera, su Palabra dice “no cometer adulterio” pero si un hombre mira una mujer, desnudándola con su mirada morbosa y mal intencionada, ya ha adulterado (Mateo 5:27-28).
Aprendamos a obedecer. Eso es lo que Dios quiere de nosotros. Las consecuencias de la desobediencia no se hacen esperar. Por la desobediencia entró el pecado al mundo y miremos cuánto mal causó a la humanidad entera.
ORAMOS: Amado Dios, rogamos tu ayuda para que nuestro corazón esté siempre dispuesto a obedecerte sin preámbulos, condiciones ni razones que nos desvíen del acatamiento total a tus mandatos.
Centro Cristiano Jesús la Forma de Vida - San Bernardo del Tuyú
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario