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jueves, 15 de noviembre de 2018

SEAMOS LUZ EN EL MUNDO POR MEDIO DE JESUS CRISTO

SEAMOS LUZ EN EL MUNDO POR MEDIO DE JESUS CRISTO

Un Impacto Que Perdura

Así alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras, y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Mateo 5:16)



¿Alguna vez te has detenido a considerar cómo utiliza el regalo de la libertad? Dios da a todos los creyentes la verdadera libertad por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Desperdicias esa bendición o la compartes con otros?
Piensa en las personas que ves cada semana. ¿Sabes cuántos de tus vecinos están enfermos? ¿Hay personas en su iglesia que luchan por vivir un día más? ¿Sabes si alguno de tus compañeros de trabajo está pasando por dificultades? Lo más probable es que haya personas a tu alrededor que podrían necesitar ayuda. Pero enfocarse en uno mismo limita la capacidad que tenemos de prestarles atención a esas personas, y limita nuestro poder de alcanzarlas.
El Señor enseñó a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee” (Mt 5.13 NVI). Para que la sal siga siendo útil, debe mantener su pureza y potencia. Del mismo modo, debemos esforzarnos por tener vidas santas, humildes y amorosas, enfocándonos en la voluntad del Salvador en vez de la nuestra. Dios ha preparado las buenas obras en las que debemos andar (Ef 2.10). Nuestra tarea es ponerlas en práctica.
El que podamos influenciar de manera positiva o no a nuestro mundo, dependerá del enfoque de nuestro corazón. ¿Miras tu interior para considerar lo que podrías hacer para llegar más lejos y mejorar tu situación personal? ¿O miras a tu alrededor y piensas en maneras en que pudiera servir más y mejor a los demás?

Oremos:

Señor, que mi corazón se mantenga siempre enfocado en Tu Palabra, obediente a Tu voluntad y buscando la sabiduría que me permita glorificarte sirviendo más y mejor a aquellos que me rodean. Amén.

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“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4: 19.

El Dios de Pablo es nuestro Dios, y suplirá toda nuestra necesidad. Pablo estaba seguro de esto en relación a los filipenses, y nosotros estamos seguros de esto en cuanto a nosotros mismos. Dios lo hará, pues así es Él: Él nos ama, se deleita en bendecirnos, y, haciéndolo, recibirá la gloria. Su misericordia, Su poder, Su amor, Su fidelidad, todo se conjuga para que no suframos carestía.
Qué gran medida es la que usa el Señor: “Conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Las riquezas de Su gracia son grandes, pero, ¿qué diremos de las riquezas de Su gloria? ¿Quién podría estimar Sus “riquezas en gloria en Cristo Jesús”? De acuerdo a esta medida inmensurable Dios llenará el inmenso abismo de nuestras necesidades. Él convierte al Señor Jesús en el receptáculo y en el canal de Su plenitud, y luego nos imparte Su riqueza de amor en su forma más elevada. ¡Aleluya!
Este escritor sabe en qué consiste ser probado en la obra del Señor. La fidelidad ha sido recompensada con enojo, y donadores liberales han puesto un fin a sus contribuciones; pero este escritor al que han procurado oprimir no ha quedado un centavo más pobre, no, sino que más bien ha prosperado; pues esta promesa ha demostrado ser verdadera, “Mi Dios, pues, suplirá lo que os falta”. Las provisiones de Dios son más seguras que el Banco de Inglaterra.


Ministerio Jesús La forma de Vida





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