"y cuando se paraban y aflojaban sus alas, oíase voz de arriba de la expansión que había sobre sus cabezas." Ezequiel 1:25..
La gente pregunta con frecuencia, ¿cómo puede oirse la voz de Dios? He aquí el secreto. Oyeron la voz, cuando se pararon y dejaron caer sus alas. Hemos visto un pájaro revoloteando, y aunque estaba parado, sus alas estaban revoloteando. Pero aquí se nos dice, que oyeron la voz cuando pararon y cesaron de mover sus alas. ¿No nos arrodillamos o sentamos algunas veces delante del Señor y sin embargo nos damos cuenta de cierto revoloteo en nuestros espíritus? No sentimos como debiéramos, una verdadera paz en Su presencia.
Hace unos días, una buena amiga me habló acerca de una cosa por la que había orado, "Pero," me dijo, "no esperé; a que viniese la respuesta." Ella no se mantuvo lo suficientemente quieta, para oír a El hablar, sino que se marchó y siguió sus propios pensamientos en el asunto. Y el resultado fué desastroso, y tuvo que volver a lo andado.
¡Cuánta energía se desperdicia! ¡Cuánto tiempo se pierde por no parar las alas de nuestro espíritu y permanecer silenciosos delante de Él! i Cuán grande es la calma, el reposo y la paz que recibimos, cuando esperamos en su presencia hasta que le oímos! ¡ Ah! entonces podemos caminar como el relámpago, y no retroceder en nuestro marcha, sino seguir derechos hacia adelante dondequiera que el Espíritu vaya. Ezequiel 1:1, 20.Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
El Espíritu Santo es suficientemente poderoso para sostenernos para permanecer sin caída, pero es necesario darle la total dirección de nuestras vidas haciendo exactamente tal cual nos enseña a través de la Palabra escrita. Hoy es un nuevo desafio para lograr con Él la nueva vida en Jesús. ¡Confía Él te ayuda!
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