"Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas" y haced derechos pasos a vuestros piés, porque lo que es cojo no salga fuera del camino, antes sea sanado." Hebreos 12:12-13.
Esta es la palabra alentadora de Dios para nosotros: que levantemos las manos de la fe y confiemos cuando nos arrodillamos para orar. A menudo, nuestra fe se cansa, languidece, se relaja y nuestras oraciones pierden su fuerza y eficacia.
La figura aquí usada, es muy sorprendente. La idea parece ser, que llegamos a desalentarnos tanto y a ser tan tímidos que un pequeño obstáculo nos deprime y asusta y estamos tentados a pasar alrededor de él para evitarlo, en vez de enfrentarnos con el mismo. En otras palabras, que tomamos el camino más fácil.
Puede ser también alguna molestia física que Dios está dispuesto a curar, pero el esfuerzo que el paciente debe realizar es duro; o bien que sea más fácil asegurar alguna ayuda humana, o marchar de cerca por algún otro camino.
Hay muchas maneras de "darle la vuelta" a las dificultades en vez de marchar rectamente a través de ellas. Cuántas veces nos encontramos en nuestro camino con algo que nos aterroriza, y queremos evadir la salida con la excusa: "No estoy preparado del todo para eso." Para hacer algún sacrificio, para obedecer en algo, para tomar algún Jericó, para pedir por algunas almas y ponerlas en el Camino verdadero, para esperar la respuesta a sus oraciones o quizás para sobrellevar algún malestar físico, que está medio curado y estamos caminando alrededor del mismo.
Dios dice, "Levantad esas manos caídas." Caminad derechos por medio de la inundación, y he aquí, que las aguas se dividirán, el Mar Rojo se abrirá, el Jordán se separará y el Señor te conducirá por medio a la victoria. No permitas que tus piés, "se salgan fuera del camino," pero deja que tu cuerpo "esté curado" y tu fe fortalecida. Camina derecho hacia adelante y no dejes detrás de tí ningún Jericó sin conquistar, ni ningún lugar donde Satanás pueda decir que era demasiado para tí. Esta es una lección provechosa e intensamente práctica. Muchas veces hemos estado en esa posición. Quizás tú te encuentras hoy en la misma.-A. B. Simpson.
Presta al desaliento tan poca atención como te sea posible. Labra hacia adelante como hace el navío, lo mismo en la tempestad que durante la calma, ya llueva o esté brillando el sol, y lleva tu cargamento aI puerto de su destino. -Maltbie D. Babcock.
Juan 11: 39 y 40 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
Vaya dialogo particular, a cada propuesta una explicación, cuantas veces hacemos lo mismo; una excusa, una negativa, una justificación o una objeción racional a lo que Dios dice, ¿será que olvidamos con quien estamos hablando?
Job 40:6-9 Respondió Jehová a Job desde el torbellino, y dijo: 7 Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me responderás. 8 ¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú? 9 ¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?
No olvidemos que cuando Dios nos dice algo, Él sabe lo que dice. Hagamos lo que dice que ÉL SABE Y PUEDE HACER LO QUE DIJO. Bendiciones.
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