"En todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó." Romanos 8:37.
El Evangelio está arreglado de tal manera y el don de Dios es tan grandioso, que tú puedes hacer a los enemigos que te ataquen y a las fuerzas ordenadas contra tí, marchar a las mismas puertas del cielo y a la presencia de Dios.
Sé como el águila que se posa en un despeñadero y observa la forma como el cielo ennegrece y el cruzar del relámpago; no obstante permanece con una calma perfecta moviendo un ojo y el otro de vez en cuando hacia la tormenta. Pero nunca se mueve hasta que empieza a sentir los efectos de la brisa y sabe que es golpeada por el huracán. Entonces dá una especie de grito, hace que su pechuga oscile sobre la tormenta y utiliza ésta para que le lleve hacia el cielo.
Eso es lo que Dios quiere de cada uno de sus hijos, que sean más que vencedores, que conviertan en una carroza la nube de la montaña. Cuando un ejército es más que vencedor, es probable que haga al otro huir, que toma la munición, alimento y provisiones y se posesione de todo. Eso es exactamente el significado de nuestro texto. ¡ Hay despojos que tomar!
¿Los has tomado tú? Cuando fuiste a aquel valle profundo de sufrimiento, ¿salistes de él con despojos? Cuando fuisteis herido por aquella injuria y pensaste que había desaparecido, ¿confiaste en Dios de tal manera que con ella fuiste espiritualmente enriquecido? Ser más que vencedor significa tomar los despojos del enemigo y apropiártelos. Lo que él había preparado para tu derrota, tómalo y apropiatelo para tí mismo.
Cuando el Dr. Moon, de una ciudad de Inglaterra llamada Brighton, se quedó ciego, dijo: "Señor, acepto de Tí, este talento de ceguedad. Ayúdame a usarlo para Tu gloria, con el fin de que a Tu venida puedas recibir lo Tuyo con usura." Después, Dios le habilitó para que inventase el Alfabeto Moon para los ciegos, por medio del cual miles de ciegos pudieron leer la Palabra de Dios, y muchos de ellos fueron salvos.
Dios no sacó la espina de Pablo; hizo algo mucho mejor, amaestró aquella espina y la convirtió en la sierva de Pablo. Con frecuencia, el ministerio de espinas y dificultades ha sido más valioso para el hombre que el ministerio de los tronos.
2 Corintios 4: 7-18 Viviendo por la fe
7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida. 13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
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