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domingo, 5 de octubre de 2025

Nuestra esperanza es Dios

 "Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no habia llovido sobre la tierra." (1 Reyes 17:7.)


La educación de nuestra fe es incompleta si no hemos aprendido que el perder puede contribuir a nuestra ganancia espiritual, que hay un ministerio de fracaso y de desvanecimiento de las cosas y que es un don el ponerse a la disposición de otros. Las inseguridades materiales de la vida contribuyen a su establecimiento espiritual. El arroyo consumido junto al cual Elías se sentó y meditó, es un verdadero cuadro de la vida de cada uno de nosotros. "Aconteció que el arroyo se secó"esa es la historia de nuestro ayer y una profecía de nuestros mañana.

De una u otra manera, tenemos que aprender la diferencia entre confiar en el don y confiar en el Dador. El don, puede ser bueno durante un cierto tiempo, pero el Dador, es el Amor Eterno.

Querit, fué un problema muy difícil para Elías, hasta que llegó a Sarepta, y entonces todo fué tan claro como la luz del día. Las palabras duras de Dios, nunca son Sus últimas palabras. La aflicción, la pérdida y las lágrimas de la vida pertenecen al intermedio y no al final.

Si Elías hubiese sido conducido directamente a Sarepta, hubiese perdido algo que después le ayudó a convertirse en un profeta más sabio y un hombre mejor. El vivió en Querit por fé.

Cuando quiera Dios que en tu vida o la mía se seque alguna fuente terrenal y/o recursos exteriores, será para que aprendamos que nuestra esperanza y ayuda están en el Dios que lo hizo todo.





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