"Llamé, y no me respondió." Cantares 5:6.
Cuando el Señor ha concedido una fe grande, se sabe que la ha probado con grandes dilaciones. El ha permitido que las voces de Sus siervos resuenen en sus oídos como si procediesen de un cielo de bronce. Han llamado en la puerta de oro, y ella ha permanecido inmóvil como si sus goznes estuviesen enmohecidos. Lo mismo que Jeremías, ellos han exclamado, "Te cubriste con una nube, para que no pasase nuestra oración." Los verdaderos santos han continuado durante mucho tiempo, esperando con paciencia sin replicar, no porque sus oraciones no fuesen vehementes, no porque no fuesen aceptadas, sino porque así complació a Él, que es un Soberano y concede las cosas a su propio arbitrio. Si El se complace en pedir a nuestra paciencia que se ejercite por sí misma, ¿por qué no ha de hacer lo que Él desea, con aquello que le pertenece?
No se pierde ninguna oración. El aliento de la oración jamás se gastó en vano. No existe tal cosa como oración sin contestar o inadvertida por Dios, y algunas de las cosas que consideramos como repulsas o negaciones, no son sino simplemente retrasos o dilaciones.-H. Bonar.
Algunas veces Cristo retarda su ayuda para poder probar nuestra fe y avivar nuestras oraciones. La barca puede estar cubierta con las olas y El dormir en ella; pero Él despertará antes de que se hunda. El duerme, pero El nunca duerme demasiado; y para Él no existe el "es demasiado tarde." -Alexander Maclaren.
Lucas 22: 39- 46 Jesús ora en Getsemaní - Pasajes paralelos-. (Mt. 26.36-46; Mr. 14.32-42)
39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. 45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; 46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario