"Y Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fué llevado por el Espíritu al desierto, por cuarenta días, y era tentado del diablo," Lucas 4:1, 2
Jesús, a pesar de estar lleno del Espíritu Santo, fue tentado. Frecuentemente, cuando mayor es la santidad de una persona y más cerca se halla de Dios, es cuando con más frecuencia le asalta la tentación. Como alguien dijo: "El diablo apunta alto," A un apóstol le hizo decir que no conocía a Cristo.
Es menester que las personas que van a hacer temblar el reino del infierno tengan grandes conflictos con el diablo. Mirad los conflictos de Juan Bunyon. Su libro de "El Peregrino," nació en su prueba más profunda y hoy se lee en centenares de idiomas.
Si una persona está poseída en gran manera del Espíritu de Dios, tendrá que sostener grandes conflictos con Satanás.
Dios permite la tentación porque hace con nosotros lo que las tormentas con los robles, nos arraiga y fortalece. La tentación nos causa el mismo efecto, que el fuego en las pinturas con la porcelana que hace permanente.
Nunca sabe uno mejor que está bien agarrado a Cristo, o que Cristo tiene a uno bien asido, que cuando el diablo utiliza toda su astucia y poder para separarle de El; entonces siente uno que Cristo estira con Su mano derecha.
Las aflicciones extraordinarias no son siempre el castigo de pecados extraordinarios, sino a veces son las pruebas de dones extraordinarios. Dios tiene muchos instrumentos cortantes y limas para pulir Sus joyas; y aquellas que El más ama y quiere hacer más resplandecientes son sobre las que Él hace pasar Sus instrumentos con más frecuencia. -Archibishop Leighton.
Doy mi testimonio con mucho placer, de que en el taller de mi Señor tengo que estar más agradecido al fuego, al martillo y a la lima, que a ninguna otra cosa. A veces me pregunto si yo he aprendido algo que no haya sido con la tribulación. Cuando la habitación de mi escuela está oscurecida, es cuando más veo - C. H. Spurgeon.
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