"Cierra la puerta tras tí y tras tus hijos,..." (2 Reyes 4:4.)
Era preciso que ellos estuviesen a solas con Dios, porque no iban a tratar con las leyes de la naturaleza, ni con el gobierno humano, ni con la Iglesia, ni con el sacerdocio, ni aún con el mismo profeta de Dios; pero tenían necesidad de estar aislados de todas las criaturas, de todas las circunstancias, de todo apoyo de la razón humana, y tenían que lanzarse en el espacio y quedarse colgados en Dios solamente.
He aquí una parte del programa que nos indica la forma como Dios obra, una habitación secreta de aislamiento para la oración y la fé en la que toda alma debe de entrar para que sea realmente fructífera.
Hay tiempos y lugares en que Dios nos cerca con una pared misteriosa, y nos separa de toda ayuda y modos ordinarios en que hacemos las cosas, y nos encierra para hacer algo Divino que es completamente nuevo e inesperado. Algo a que no se adaptan las antiguas circunstancias ni sabemos lo que ha de acontecer. En aquel lugar secreto, Dios moldea nuestras vidas en un nuevo modelo y hace que dirijamos nuestra vida hacia El.
La vida de la mayor parte de las personas religiosas consiste en una monotonía de la repetición de los. mismos actos y cosas. Esto hace que ellas puedan calcular casi todo lo que ha de acontecerles, pero aquellas almas que Dios guía y encierra a solas con El, lo único que saben es, que Dios está con ellas, obrando en ellas, y ello tiene por resultado que pongan su ·esperanza solamente en El.
Lo mismo que esta viuda, debemos separarnos de las cosas exteriores y unirnos interiormente sólo al Señor, con el fin de ver Sus maravillas.-
A menudo Dios nos da las revelaciones más maravillosas de Si mismo en medio de las pruebas más amargas.
"Algunas veces Dios tiene que cerrar la puerta sobre nosotros para que El pueda hablarnos, quizás por medio del dolor y el sufrimiento. Muchas veces es así, y solamente así, como El puede darnos un secreto divino precioso."
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