"Mira la obra de Dios: porque ¿Quién podrá enderezar lo que él torció?" Eclesiastés 7:13
Con cierta frecuencia parece ser que Dios coloca a Sus hijos en situaciones bastante difíciles, las cuales les conducen a un callejón sin salida. Si con anterioridad a ello se hubiese consultado al juicio humano, éste no hubiese permitido que tales cosas sucediesen. Quizá tú te encuentres en dicha situación en estos momentos. Parece ser confuso y grave hasta lo sumo, pero ello está muy bien hecho. El final hará más que justificar a Aquel que te llevó allí. Es una plataforma para la ostentación de Su poderosa gracia y poder soberano.
No solamente te librará El de ésto, sino que al hacerlo, El te dará tal lección que jamás has de olvidar, la cual ha de ayudarte grandemente en tu futuro. Nunca darás a Dios las gracias suficientes por haber hecho contigo lo que Él ha hecho.
"Cuando estuve cercado, Tú me libertaste, 'Y esto muchas veces." (Salmo 4:1. Traducción literal.)
Es una cosa muy buena para nosotros el estar colocados en un rincón sin salida. El ser empujado y cercado hasta que te encuentres con tu espalda contra la pared, y con enemigos en frente a cada mano eso es bueno. Porque es precisamente en ese lugar en donde mejor oirás la voz de tu Señor. La misma opresión de tal experiencia nos pone en mayor comunión con nuestro Señor, y allí encontramos cuan precioso Amigo El es. Los Salmos de David son productos de tales experiencias, y ellos han alentado a miles de almas en cada siglo.
Es fácil confiar en el Señor cuando podemos ver que todo contribuye a nuestro bien; pero el confiar en Él cuando estamos cercados por cada lado y no es posible ver ninguna manera de escapar, esto si es agradable a nuestro Padre. El fué la fé de Abraham, el padre de la fé.
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario