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sábado, 15 de febrero de 2025

No te impacientes


"No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad" (Salmo 37:1.)  

No te acalores peligrosamente a causa de lo que pueda acontecer. Si la impaciencia pudo justificarse alguna vez, seguramente fué bajo las circunstancias que  el Salmo nos bosqueja. Los obradores de iniquidad se  paseaban vestidos con púrpura y lino fino y comían y bebían suntuosamente todos los días. "Obradores de iniquidad" estaban escalando los puestos principales del poder y tiranizaban a sus hermanos menos afortunados. Hombres y mujeres pecaminosos se paseaban orgullosamente por el país y se soleaban en el esplendor y comodidad de gran prosperidad y como resultado los hombres buenos se acaloraban y estaban impacientándose.

"No te impacientes." No te acalores sin necesidad. Manténte en buen estado de ánimo. Aun con causa justificada, la indignación no es una ayuda sabía. La indignación solo calienta el exterior; no produce el vapor. A un tren no le ayuda nada el que se calienten los ejes de sus ruedas; su calor es solamente una dificultad. Cuando Jos ejes se calientan, es a consecuencia de un rozamiento innecesario. Hay superficies secas que muelen juntamente y debieran mantenerse cooperando suavemente por medio de un cojín delicado de aceite.

Cuando nos enojamos, cierta clase de arena que podemos llamar, desilusión, ingratitud, descortesía se introduce en nuestra situación, y refrena el trabajo y movimiento de la vida. El rozamiento engendra calor y con el calor se producen las condiciones de mayor peligro.

No te acalores a causa de tu situación. Permite que el aceite de Dios te refresque, para que no seas incluído entre los obradores de maldad a causa de un calor impío.

No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. (Salmo 37; 1-5.)


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