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domingo, 19 de enero de 2025

Orar siempre y no desmayar



"También les refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar." Lucas 18:1.

Observa a la hormiga." Alguien llamado, Tammerlane acostumbraba contar a sus amigos una anécdota de su juventud. "Una  vez," dijo, "me vi obligado por mis enemigos a guarecerme en un edificio arruinado, donde permanecí sentado durante  unas horas. Deseando desviar mi mente de mi condición desesperada, fije mi vista en una hormiga que intentaba subir por una pared llevando un grano de trigo mayor que ella. Observé los esfuerzos que realizó para conseguir lo que deseaba. El grano cayó a tierra sesenta y nueve veces; pero el insecto perseveró y por fin a la setenta vez pudo llegar a lo alto. Esto me alentó grandemente en aquellos momentos y jamás he olvidado la lección.

La persona que piense que las oraciones pasadas no han sido contestadas y permite que este pensamiento le cause languidez en su actitud de oración, deja de hacer la oración de fé. Para la oración de fé, el hecho de que ciertas oraciones quedan sin contestar, es una evidencia de que el momento de la respuesta está mucho más cerca. Desde el principio hasta el fin, todos los ejemplos y lecciones de nuestro Señor nos dicen que la persona que no puede perseverar y hacer su petición con insistencia y renovarla una y otra vez, y ganar fuerza en las súplicas anteriores, no es la persona que ha de prevalecer y vencer por medio de la oración. -William Arthur.

El gran músico Rubenstein dijo en una ocasión, "Si dejo de practicar un día, lo noto, si dos días, lo notan mis amigos; si dejo de practicar tres días lo nota el público." Es un dicho antiguo el que dice, que "La perfección se obtiene con la práctica." Debemos continuar creyendo, continuar haciendo Su voluntad. Supón que en cualquier arte uno dejase de practicar, todos sabemos cual seria el resultado. Si utilizásemos el mismo sentido común en nuestra religión que usamos en nuestros quehaceres cotidianos, nos dirigiríamos hacia la perfección.

El lema de David Livingstone se encuentra en las siguientes palabras: "Me propuse no parar jamás hasta llegar al fin y haber terminado mi cometido." El triunfó por su inquebrantable perseverancia y fé en Dios.

-Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Mateo 24:13-


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