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sábado, 25 de enero de 2025

Me infundirás aliento



"Aunque anda en valle de sombra, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento." (Salmo 23:4.)

En la casa de campo de mi padre hay un pequeño gabinete junto al rincón de la chimenea donde se guardan los bastones y garrotas de paseo de varias generaciones de mis familiares. Durante mis visitas a esta casa tan antigua, ). cuando salgo con mi padre de paseo, a menudo voy a la bastonera y cojo los bastones más apropiados para la ocasión. Al hacer esto, con mucha frecuencia me he acordado que la palabra de Dios es un cayado.

Durante la guerra, cuando el tiempo de desaliento y el peligro amenazador ceñían nuestras cabezas, el versículo "El no temerá las malas noticias; su corazón está fijo, confiando en el Señor" fué un cayado que ayudó a muchos a caminar por días muy negros. (Salmo 112 :7.)

Cuando la muerte arrebató nuestro hijo y nos dejó casi descorazonados, encontré otro cayado en la promesa que dice: "el lloro puede durar toda la noche, pero por la mañana viene el gozo." (Salmo 30:5.) Cuando con mi salud quebrantada fuí desterrado durante un año sin saber si me sería permitido el regresar a casa y volver a trabajar, tomé conmigo este cayado, el cual nunca me ha fallado, "El sabe los pensamientos que el piensa de mí, pensamientos de paz y no de maldad." (Jeremías 29:11.)

En tiempos de algún peligro especial o duda, cuando el juicio humano ha probado ser ineficaz, he encontrado fácil el caminar hacia adelante con este cayado, "En la quietud y en la confianza estará tu fortaleza." (Isaias 30:15.) Y en las necesidades urgentes cuando no he tenido tiempo para deliberar, nunca he encontrado que me haya fallado este cayado, "El que crée, no se apresurará." (Isaías 28:16.) -Benjamin Vaughan Abbott, en "The Outlook."

"Nunca hubiese sabido," decÍa la esposa de Martín Lutero, "lo que tales y tales cosas querían decir en tales y tales salmos, ni el significado de ciertas obras del espíritu; ni jamás hubiese comprendido la práctica de los deberes cristianos, si Dios no me hubiese hecho pasar por la aflicción." Es cierto que la vara de Dios es como el puntero del maestro para el niño, que señala la letra para poderla percibir mejor; de la misma manera El nos señala muchas buenas lecciones que no hubiésemos aprendido de otra manera.-Seleccionado.

"Dios siempre envía Su cayado con Su vara."

"Tu calzado será hierro y metal; y como tus días será tu fuerza." (Deuteronomio 33:25.)

Cada uno de nosotros podemos estar seguros de que si Dios nos envía por terreno pedregoso, El nos proveerá con calzado fuerte, y no nos mandará hacer ningún viaje sin equiparnos bien.


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