No por ser nosotros merecedores, sino todo lo contrario, estábamos en la condición de separación total de Dios, viviendo a antojo, sin ley y sin conciencia, en egoísmo y ceguera, en desprecio al ser que mas nos ha amado, nuestro creador. Sin embargo el nos libertó y nos dió paz con Él, y la alegría de poder sentarnos a su mesa a conversar y ser enseñados por su sabiduría y conocimiento pleno de pasado, presente y futuro. ¿Será que elegiremos bien esta vez?
Dios sea el centro de tu vida, y todo te ayudará a bien. ¡Bendecida jornada!
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario