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Hebreos 11: 1 – 3
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.  Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
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LA CARGA MÁS PESADA DE TU VIDA,SIEMPRE SERÁ LIGERA PARA LA GRACIA DE DIOS,CONFÍA EN ÉL. - Descarga El Equipaje

Así que, si el Hijo los librare, serán verdaderamente libres (Juan 8:36)

En una película que vi de una excursión por las montañas, me vino un pensamiento a mi mente: Las bestias que llevaban el equipo, de los excursionistas, no tenían manera de deshacerse de la carga que llevaban sobre sus lomos. Sin poder alcanzar sus pesadas cargas, dependían de otros para que las aligeraran.

Lo mismo sucede con nosotros al llevar el peso de nuestras cargas emocionales, materiales. No podemos descargarlas nosotros mismos; ni tampoco desaparecen con el tiempo. Más bien, la verdadera libertad es posible solo por medio de Jesucristo. ¿Por qué? Porque nosotros no podemos alcanzar nuestras cargas y, a menudo, tampoco sabemos cuán profundas son. No obstante Dios lo tiene presente, nos conoce y sabe las verdaderas raíces que estas angustias están echando en nuestro corazón. Además, es quien conoce la manera perfecta de sanarnos completamente.
Nadie vive libre de problemas, tropiezos o dolor. Sin embargo, el Señor no solo te protegerá de un daño duradero, sino que usará esas dificultades con el objetivo de equiparte, prepararte y fortalecerte para la próxima etapa de tu vida de su propósito en ti.

En consecuencia, cuando nos encontremos abrumados por alguna situación que escape de nuestro control, tengamos presentes que el lugar a donde acudir es uno sólo: Junto al regazo de Dios a la cruz de su hijo. El podrá guiarnos, aliviarnos y hacernos verdaderamente libres para alcanzar todas aquellas cosas de bien a las que nos ha llamado en su maravilloso plan para nosotros.
Oremos:
Señor, enséname a entregarte cada una de las cargas que me afligen, de manera que pueda caminar tranquilo descansando profundamente y de corazón, no en mi propia prudencia, sino en tu sabiduría infalible y en los maravillosos planes de bendición, que tienes guardados para mí. Amén.

Ministerio Jesús La forma de Vida

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