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lunes, 29 de diciembre de 2025

Paz y gozo, testimonio de Dios.


 "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4.)

Alegría, cristianos,
Alegría y valor,
Que el Señor
Las cadenas quebrantó
Que preso retenían
Al mísero mortal;
y del mal
Para siempre le libró.

Alegría, cristianos,
Alegría y  valor,
Que el Señor
Fué colgado en una cruz,
En el cruel madero
Las culpas del infiel
Pagó El;
Para darnos paz y luz,
Poniendo al pecador
Corona de laurel,
Para que more en su verjel.

Alegría, cristianos,
Alegría y valor,
Que el Señor
Por nosotros bajará
y nuestros pobres cuerpos
Habrá de transformar,
Ya gozar
A Sión nos llevará.
Dulcísimo Pastor,
No tardes en llegar",
Ven, tus ovejas a buscar.

“Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo”, 1 Tesalonicenses 1:6.

Al parecer el gozo y alegría eran una característica de Pablo… y de nuestro Señor. Me impacta el pensar que Jesús, a pesar de ser “varón de dolores, experimentado en sufrimiento”, Isaías 53:3, también dice en su Palabra que Dios le había ungido con “óleo de alegría”, Hebreos 1:9, más que sus compañeros.Pareciera además que el gozo de Jesús era algo conocido por los hermanos puesto que Pablo, a pesar de no haber convivido en la carne con Él, hace referencia a esto (v.6). Uno de los resultados de haber experimentado la obra de Dios en nuestras vidas es precisamente este gozo infundido en nuestro corazón. La predicación del evangelio de la gracia trae un gozo que es un regalo de Dios que no puede ser comprado o ganado por nuestros esfuerzos.

Es una alegría natural de la que somos revestidos y que viene de sabernos perdonados y libres de la culpa y poder del pecado, pero también de sabernos libres para dejar de pretender ser lo que no somos, de querer impresionar, o de la crítica y opinión de los demás. Es una posición real y objetiva de que somos “amados de Dios” (v.2) y estamos en una relación de paz con Él (Ro. 5:1). Por otro lado, el gozo es también un regalo de estar viviendo funcionalmente en las realidades del evangelio. Es parte de nuestro caminar diario “en Él” y al mantenernos “constantes en la esperanza en Cristo Jesús” (v.3).

Por estas cosas el gozo revela mucho de nuestra salud espiritual  y es un poderoso testimonio de la obra de Dios para aquellos que no lo conocen pero que se dan cuenta que “solamente Dios” puede hacer una obra así, especialmente cuando nos encontramos en medio del sufrimiento. Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él.


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