"Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva." (Juan 12:24.)
Ve al cementerio antiguo de Northampton, Massachusetts en los Estados Unidos, y mira en la tumba del joven David Brainerd que se encuentra junto a la de la bella Jerusha Edwards, a quien él amó y con quien no se pudo casar a causa de su muerte. Cuántas esperanzas y expectativas para la causa de Cristo fueron a la sepultura con la pérdida del cuerpo de aquel joven misionero, de quien ahora no queda otra cosa sino su querido recuerdo y unos centenares de indios convertidos. Pero aquel majestuoso anciano y santo puritano, Jonathan Edwards, que esperaba poderlo llamar hijo, escribió en un libro pequeño los recuerdos de su vida, y dicho librito, tomó vuelos, atravesó los mares y fue a parar a la mesa de un estudiante de Cambridge, Inglaterra, llamado Enrique Martyn.
!Pobre Martyn! IPorqué tenía él que desecharse con toda su erudición, su genio y sus oportunidades! ¿Qué es lo que él efectuó cuando volvió gravemente enfermo de India a su casa, y marchó sin poder a aquel lugar lejano y funesto de Tocat, junto al Mar Negro donde se agachaba bajo las redes amontonadas para refrescar su fiebre abrasadora contra la tierra, y donde murió aislado?
¿Con qué objeto se perdieron estos hombres? De la sepultura del joven Brainerd, y de la sepultura lejana y solitaria de Martyn, que se encuentra junto a la playa de Euxine, se ha levantado el ejército sublime de los misioneros modernos. -Leonard Woolsey Bacon
Y es que es necesario morir para llevar mucho fruto. Muchas son las veces que tendremos que morir a nuestros deseos; morir a nuestros gustos o placeres de esta vida. Para hacer vivir la vida de Cristo en nuestras vidas. Ejemplos tenemos muchos, como estos dos antes mencionados. Pero sin lugar a dudas el mejor fue el de nuestro Señor Jesús, quien por medio de su muerte, nos dió vida, y en abundancia.
Hoy comienza a enterrar todo aquello que impide que seas una semilla que llevará muchos fruto, y verás que tu mañana será glorioso.
Bendecida Jornada!
Imprimir artículo

No hay comentarios:
Publicar un comentario