Radio En VIVO

jueves, 22 de diciembre de 2022

No es castigo, son consecuencias.

 Jeremías 9: 23 y 24 PDT
Esto dice el SEÑOR:
«Que el sabio no haga alarde de su sabiduría,
    ni el fuerte de su fuerza,
    ni el rico de su riqueza.
 Si alguien quiere hacer alarde de algo,
    que lo haga de que aprendió a conocerme,
y de que entiende que yo soy el SEÑOR
    que actúa con fiel amor,
justicia y rectitud,
    pues es lo que a mí me gusta.
    Lo dice el SEÑOR.

2 Samuel 12:9a RVR 1960  Natán amonesta a David 
¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos?

La gran diferencia entre estos dos términos es importante considerarla y no menospreciarla:

Consecuencia: 
Hecho o acontecimiento derivado o que resulta inevitable y forzosamente de otro. 
Castigo:
Pena que se impone a la persona que ha cometido un delito o una falta o ha tenido un mal comportamiento.

Entendiendo esto, vemos y comprobamos que no estamos siendo castigados por Dios constantemente, sino que por ignorar sus palabras, no considerar con mas atención sus enseñanzas o por directamente no tomarnos el tiempo de estar con Él para ser enseñados en su sabiduría, nos vienen las consecuencias como lluvia de verano, intensas y abundantes. Pero aún en medio de ello, hay gracia, hay paz y hay restauración, así es Dios fiel amor. David experimentó esto y por eso luego de estar 7 días presentándose a Dios pidiendo que la consecuencia no alcanzará al niño nacido de su relación con Betsabé, muerto el niño, Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.  Esa comprensión y aceptación de la soberanía, justicia y rectitud de Dios lo llevó a adorar. No era castigo, era consecuencia.

Pero, ¿que tal Habacuc? Sufre y entra en agonía de espíritu por las injusticias y se aflige delante de Dios hasta llevando su queja, hasta que se presenta con la disposición de ser enseñado por Dios y allí cambia su actitud y proclama: Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra. Allí su queja cambia en alabanza y declaración de confianza plena en Dios; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.  Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. Aún con las consecuencias heredadas siempre la justicia de Dios llega al que confía en Él y trae paz, esperanza y bendición.

Cualquiera sea tu situación en este momento la mejor decisión que traerá los mejores resultados, es tu tiempo a solas con Dios para oír lo que Él directa y personalmente te quiere enseñar y hacer ver sobre las situaciones que estas atravesando en este preciso momento.

Bendecida jornada en la Presencia del que más te ama.


Imprimir artículo

No hay comentarios: