"Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra, ajena y será esclava allí, y sera oprimida cuatrocientos años. Mas también la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de ésto saldrán con gran riqueza." (Génesis 15:13-14.)
Una parte segura de la bendición que Dios nos promete, es el retraso y el sufrimiento. Un retraso en la propia vida de Abraham que dió la impresión de que la promesa de Dios iba a quedarse sin cumplir, fué seguido de una tardanza aparentemente insoportable de los descendientes de Abraham.
Pero ello fué solamente un retraso; "ellos salieron con gran riqueza." La promesa fué redimida.
Dios va a probarme con retrasos aparentes, y los retrasos vendrán acompañados del sufrimiento, pero en medio de todo permanecerá la promesa de Dios. Su nuevo pacto conmigo en Cristo, y Su promesa inviolable de toda bendición aún más pequeña que necesite. El retraso y el sufrimiento forman parte de la bendición prometida; permíteme que hoy alabe a Él por ellos; y déjame que espere en el Señor y no me desaliente y El fortalecerá mi corazón.
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