Junio 25
“Dí a los hijos de Israel, que marchen." Éxodo 14:15.
Haz un esfuerzo mental, amado hijo de Dios, y si te es posible, imagínate aquella marcha triunfal. Aquellos hijos excitados que habían sido restringidos de expresar sus exclamaciones de asombro por el perpetuo silencio de sus padres; la incomparable excitación de aquellas mujeres, que repentinamente se encontraron salvas de un destino peor que la misma muerte; mientras que los hombres las seguían o acompañaban avergonzados y confundidos por haber desconfiado de Dios o murmurado contra Moisés; y al ver aquellas paredes grandiosas de agua que se habían levantado al extender Su mano el Eterno, en respuesta a la fe de un solo hombre; aprende lo que Dios hará para los suyos.
No temas ningún resultado de obediencia implícita a su mandamiento. No te asustes de las aguas tempestuosas que con su orgullosa insolencia te impiden tu progreso. Sobre las voces de muchas aguas, el poderoso rompe olas de los mares, "El Señor, asentóse por Rey para siempre" Una tormenta, es solamente como el exterior de Su manto, el síntoma de Su venida, el acercamiento de Su presencia.
i Atrévete a confiar en Él; atrévete a seguirle! Y descubre que las mismas fuerzas que impedían tu progreso y amenazaban tu vida, por mandato Suyo, se convertirán en los materiales con los cuales se edificará una entrada para tu libertad. -F. B. Meyer.
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