25 de Marzo del 25
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" Hebreos 11:6.
La Biblia está llena de tales días. Su historia está compuesta con los mismos, sus canciones están inspiradas por ellos, su profecía se refiere a ellos y su revelación ha venido por medio de ellos.
Los días de desesperación son las piedras que se colocan en el sendero de la luz. Parece que han sido la oportunidad de Dios y la escuela de sabiduría del hombre.
En el salmo 107, hay una historia de una fiesta de amor del Antiguo Testamento. Es un himno de alabanza y gratitud y revela como en todas las historias de rescate, el punto culminante de la desesperación siempre dió a Dios una oportunidad para intervenir. Cuando en la desesperación se llega a no saber que hacer, entonces es cuando Dios empieza a obrar. Recuerda la promesa de la simiente semejante a las estrellas del cielo y a las arenas de la mar, que Dios dió a una pareja que se acercaban a los últimos días de su vida. Lée nuevamente la historia del Mar Rojo y su rescate, y la del Jordán con su arca permaneciendo en medio de la corriente. Estudia una vez más las oraciones de Asa, Josafat y Ezequias cuando estaban dolorosamente afligidos y no sabían qué hacer. Lée la historia de Nehemías, Daniel, Oseas y Habacuc. Permanece con reverencia en la oscuridad de Gethsemaní y detente junto a la tumba en el Jardín de José en medio de aquellos días tan terribles. Llama a los testigos de la iglesia primitiva y pregunta a los apóstoles la historia de sus días de desesperación.
La desesperación es mejor que desesperar.
La fé no hizo nuestros días de desesperación. Su función es el mantener y librarnos de perplejidades. La única alternativa para una fe desesperada es la desesperación, y la fe persevera y prevalece.
No hay ejemplo más heroico de fe desesperada, que el de los tres jóvenes hebreos. La situación era desesperada, pero ellos contestaron valientemente:
"He aquí nuestro Dios a quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. y si no, sepas, oh rey, que tu Dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado." La expresión, "¡ Y si no!" me gusta muchísimo.
Solamente tengo espacio para mencionar Gethsemani. Reflexiona profundamente estas palabras. "Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; pero no como yo quiero, sino como tú," Una negrura profunda se había introducido en el alma de nuestro Señor. Medita sobre sus palabras, "Si es posible pase esto, -no obstante, Tu Voluntad, Padre mío."-Rev. R. S. Chadwich.
Isaías 30:15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis.
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