Siempre, para siempre y eternamente.

Salmos 119: 43 y 44 (PDT)

43 Ayúdame a hablar siempre de tu verdad;
    confío totalmente en tus órdenes.
44 Cada día y para siempre,
    seguiré tus enseñanzas.

El peso eterno de las Palabras de Dios , no solo afectan en esta vida a cada uno de los que la amamos para bien o de los que rechazan para mal, sino que aun traspasa esta vida, definiendo nuestro destino eterno.

Tiene la capacidad de hacernos sabios y abrir un panorama superior al análisis que podamos realizar de las circunstancias o las situaciones que vivimos, esas Palabras tienen el poder de traer al mundo visible lo que Dios dispuso en su amor para que vivamos una vida donde todo nos ayude a bien, hagamos prosperar nuestro camino, alcanzando el fin que esperamos.

Nos toca aprender a oírlo y definirnos por obedecerlo sabiendo que en toda situación seguiremos siendo enseñados por Él llevándonos a ver como Él ve, a poder no solo pensar en nosotros sino comenzar a ver a otros con los ojos de la compasión de Dios y poder reflejar su generosidad.

Que hoy el Señor llene nuestros labios de sus palabras para bendecir a los que nos rodean y siempre su Palabra sea el objeto de nuestra meditación.

Bendiciones.

 

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