¡No tengas envidia!

 

El Rey David lucha en algún momento de su vida con la desesperación que genera el ver a los malignos prosperar en sus maldades y crecer en sus fechorías, sin embargo su alma es alcanzada por la Palabra de Dios, recordándole que el hombre y sus obras son pasajeras como la hierba del campo, sin embargo los que esperan, confían, y sobre todo aman a Dios, ven, comprueban y disfrutan de las bondades del Señor no solo en esta tierra sino en la eternidad.

Quizás hoy tengas la misma sensación y te atribulen pensamientos de semejante envergadura como la envidia por los que crecen haciendo el mal, pero como la Palabra de Dios dice, serán prontamente cortados. No sea que estas emociones nos lleven a cruzar esa linea y nos encontremos caminando los pasos de los malignos, huyamos de tales senderos, tomemos la mano del Señor y sigamos adelante a pesar de todo, con la seguridad de que Dios va con nosotros abriendo nuevos caminos. ¡Alabado sea su Santo Nombre!

Que tengas una buena jornada.

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