2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Filipenses 4: 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Hebreos 12: 3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Llegar al punto de quedar sin fuerzas nos lleva a reconocer la transitoriedad del ser humano y la omnipotencia de Dios, nuestra necesidad de darle prioridad en nuestra vida.
Necesitamos su ayuda de dirección, de consejo, de guía y de intervención. Pero no es hasta que tocamos fondo que lo reconocemos.
Nos hemos acostumbrado a no detenernos, a seguir pese a todo y caemos en cataratas de malas decisiones y de consecuencias inevitables, nos dicen y repiten que es perdida de tiempo lo relacionado a la fe, cuando en realidad es en esencia lo fundamental para que le ser humano halle una paz que perdure aun en lo momentos más tenebrosos.
Es tiempo de reconsiderar y como el salmista pedir a Dios que sea él nuestra ayuda, dándonos los consejos más precisos para definir nuestro andar evitando errar y ver como hacemos prosperar nuestro camino sin tropezar y caer.
Jesús vino a hacer posible una vida en libertad con la verdad que nos hace libres, ahora es posible caminar en seguridad y sin fracasar. Dios lo hace posible, es tiempo de levantarse y estar en pie en la fe, pero de rodillas y humillados ante Su Presencia.
Bendecido fin de semana.
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