Un corazón endurecido.

Perder la mirada del objetivo, dejar de atender la verdadera cuestión a resolver, desenfoca la esperanza y la meta a alcanzar, tristemente trae como consecuencia que se vayan endureciendo las reacciones y se confundan los criterios.

Dios les había preparado una tierra completamente fructífera, prospera, deseable, pero llegaron a aborrecerla. Dejaron de creer en su Palabra, solo se quejaban y dejaron de oír a Dios para escuchar voces de crítica, queja, voces distorsionadas que mostraban la esclavitud como un tiempo de buen pasar, la tierra de sus lamentos y pérdidas como si fuera un buen lugar para regresar. Muchas veces nos pasa que nos obnubilan los problemas y dejamos de ver a Dios, quien camina con nosotros, dispuesto a ayudarnos, con todos los recursos que necesitamos y peleando nuestras batallas, pero es necesario, imprescindible, que atendamos a lo que nos quiere enseñar con el corazón abierto para que Dios nos pueda mostrar como lo ve Él, ahí tendremos la visión completa y veremos que aunque haya gigantes, los comeremos como pan. Dios nos da la victoria.

Que Hoy puedas descubrir el buen propósito de Dios en lo que estas viviendo. ¡Bendiciones! 

 

Imprimir artículo