Guardando y favoreciendo a su Pueblo constantemente, habiéndolo librado de la servidumbre, y aún de la muerte misma, habiéndolos librado con mano fuerte, sacándolos prósperos y sosteniéndolos con milagros y maravillas, recibe Dios como paga: quejas, murmuraciones, sublevaciones e intentos de división. Pero un varón cuyo corazón había sido lleno del amor de Dios, se presenta, invirtiendo su vida para interceder y rogar por misericordia ante un inminente Justo Juicio de Dios, ante el desprecio del pueblo hacia su libertador.
En estos tiempos en que se corre tanto por tantas diferentes cosas que cuando se analizan son simples distractores, que en medio de la vida se roban el vivir, corren sin detenerse para alcanzar cosas que luego se diluyen como agua en las manos y a cambio se llevaron los años para disfrutar de sencillas cosas que llenan el alma y producen real satisfacción. Sacan la atención de las maravillas que diario Dios nos da el privilegio de observar y disfrutar.
Poder acercarnos a nuestro creador, ver su mano poderosa librando nuestras vidas de las injusticias o cubriendo nuestro corazón a la hora de padecerlas. Comprobar su guía y ayuda al andar, su paz y amor abrazándonos el alma.
Que hoy nuestro andar tenga como constante la conversación con Dios. Bendiciones.
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