"Jehová marcha entre la tempestad y el turbión." (Nahum 1:3.)
Recuerdo que cuando era muchacho y asistía a un instituto clásico situado junto a Mount Pleasant, observé sentado desde una elevación de aquella montaña, una tormenta que cruzaba el valle. Los cielos aparecían llenos de un color negro y la tierra temblaba al retumbar del trueno. Parecía que aquel bellísimo paisaje había cambiado por completo y que su belleza había desaparecido para siempre.
Pero la tormenta continuó y atravesó el valle. Si al día siguiente yo me hubiese sentado en el mismo sitio y hubiese preguntado. "¿Dónde está aquella terrible tormenta con aquellas negruras tan tremendas?," la hierba hubiese respondido, "Parte de ella está conmigo," y las margaritas hubiesen dicho, "Otra parte está conmigo" y los frutos y flores y todo lo que se creía en la tierra, hubiesen contestado, "Parte de la tormenta está incandescente sobre mí."
¿Has pedido el ser hecho semejante a tu Señor? ¿Has anhelado por los frutos del Espíritu y has orado por mansedumbre y amor? Entonces no temas a la violenta tempestad que en estos momentos está atravesando por tu vida. En la tormenta hay una bendición para tí, y habrá un gran y exquisito fruto "después."-Henry Ward Beecher.
1 Corintios 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Salmos 27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
2 Timoteo 1: 12-14 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.
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