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sábado, 8 de marzo de 2025

Haz como has dicho.



"Haz como has  dicho, para que tu nombre pueda ser glorificado para siempre." 1 Crónicas 17:23, 24. Versión Inglesa.

Esta es una frase bendita de la oración verdadera. Muchas veces pedimos cosas que no están implícitamente prometidas. Por lo tanto, hasta que no  hemos perseverado por algún tiempo en oración y meditación de su Palabra, no estamos Seguros si nuestras peticiones están en los planes de Dios o nó. Hay otras ocasiones, como lo fué en la vida de David, cuando estamos convencidos por completo de que lo que pedimos está en conformidad con la palabra de Dios. Por medio de las Escrituras a veces nos sentimos movidos a cIamar por alguna promesa, bajo la impresión especial de que contiene un mensaje para nosotros. En tales ocasiones decimos con la fe que confía: "Haz, como has dicho." Difícilmente puede encontrarse una actitud más bella, fuerte o segura que el colocar el dedo sobre alguna promesa de Palabra Divina y esperarla. No hay necesidad de impacientarse, de disputar ni luchar; simplemente lo que tenemos que hacer es presentar la situación y pedir el cambio, señalar la promesa y pedir su cumplimiento; tampoco puede haber duda alguna con respecto a su emisión. La oración tendría mucha virtud si fuésemos más explícitos en conocer lo que Dios quiere de nosotros. Es mucho mejor el pedir unas pocas Cosas claramente, que el pedir muchas con vaguedad.-F. B. Meyer.

"Recuerda la palabra que has dado a Tu siervo, en la cual me has hecho confiar," es una alegación de la más sobresalientes. Es un argumento doble: es, Tu Palabra. ¿No la guardarás? ¿Por qué la has dado si no la cumplirás? Tú me has hecho confiar en ella. ¿Frustraras la esperanza que Tú has engendrado en mi?-C. H. Spurgeon.

"Teniendo la seguridad que cualquier promesa que Él ha dado, puede también cumplirla." (Romanos 4:21, Traducción de Weymouth.)

La fidelidad eterna de Dios es lo que hace una promesa de la Biblia "magnífica y preciosa." Con mucha frecuencia, las promesas humanas son indignas. El incumplimiento de muchas promesas han quebrantado muchos corazones. Pero desde la creación del mundo, jamás ha dejado Dios de cumplir una sola promesa que haya hecho a sus Hijos.

Es muy triste para un cristiano, el permanecer en la puerta de la promesa durante la noche terrible de la aflicción sin atreverse a llamar a la puerta, cuando debiera entrar valientemente en el cobijo, lo mismo que entra el niño en la casa de su padre. -Gurnal.

Cada promesa se halla sobre cuatro columnas: La justicia de Dios y Su santidad, las cuales no le permiten a  El engañar; Su gracia o bondad, la cual no le permite a El olvidar; Su verdad, la cual no le permite cambiar y le habilita para que cumpla.


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