Efesios 3: 17 al 19
para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
_______________________________________________
Encontrando Dirección
¿Cómo puedes estar seguro de que estás tomando la decisión correcta? A veces, puede parecer que Dios juega a las escondidas cuando tratamos de conocer su voluntad, pero no es así como Él actúa. Él quiere darnos una dirección clara. La verdadera pregunta es: ¿Qué se necesita para escuchar su voz?
Limpiar el camino: Tenemos dos grandes obstáculos que ponen trabas a nuestro discernimiento: el pecado en nuestra vida, y nuestros deseos. Para recibir la dirección del Señor, debemos arrepentirnos de todo pecado conocido, y subordinar nuestros deseos a los de Él.
Ejercer la paciencia: A veces, se necesita mucha fuerza para permanecer quieto cuando todo nuestro ser nos pide a gritos: “¡Date prisa! ¡El tiempo se acaba!” Pero si te adelantas a Dios puedes errar en su voluntad.
Perseverar en la oración: La Biblia nos enseña claramente que traigamos siempre nuestras preocupaciones a Dios. Cuando perseveramos en la oración, Él elimina gradualmente nuestra confusión hasta que llegamos finalmente a conocer su voluntad.
Escudriñar las Escrituras: La Palabra de Dios tiene una respuesta para cada necesidad, y el Espíritu Santo sabe cómo dirigirnos a ellas. Recuerdo las veces en que, leyendo la Biblia, un versículo me ha dado la respuesta exacta que necesitaba para tomar una decisión.
Oremos:
Señor, guíame por Tu camino y enséñame a ser fuerte para que cuando caiga sepa levantarme. Dame también Tu Paz que no es de este mundo, de forma que las angustias de la vida, no me impidan ver Tu voluntad y disfrutar y deleitarme de Tu maravillosa presencia. Amén
Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario