21 de Mayo del 2025
"Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría:" Salmo 77:6.
He leído en alguna parte acerca de un pajarito que nunca cantaba la melodía que su dueño deseaba mientras en su jaula entraba la luz. El aprendía un poquitín de esto, otro poco de lo otro, pero nunca una canción entera por sí mismo hasta que su jaula no estaba cubierta y desaparecían los rayos de luz.
Muchas personas jamás aprenden a cantar hasta que caen las sombras de la noche. El famoso ruiseñor canta con su pechuga apoyada contra una espina. Fué durante la noche cuando se oyó la canción de los ángeles. Fué a media noche cuando vino la voz que decía: "He aquí, el novio viene, salid a recibirle."
Verdaderamente es dudoso en extremo, si un alma puede realmente conocer el amor de Dios que conforta y satisface plenamente, hasta que los cielos están negros y nebulosos.
La luz sale de las tinieblas y la mañana nace de la noche. James Creelman, en una de sus cartas describe su viaje a través de los Estados Balcánicos en busca de Natalia, la reina desterrada de Serbia.
"En aquel viaje memorable," dice, "aprendí por vez primera, que el abastecimiento de la esencia del perfume de rosas con que el mundo se surte, proviene de las montañas de los Balcanes. Y, lo que más me llamó la atención," continúa diciendo, "es que las rosas las recojen en las horas de mayor oscuridad. Los recogedores empiezan a la una y terminan de recogerlas a las dos." "Al principio yo creí que esto lo hacían a dicha hora por superstición; pero empecé a investigar sobre este pintoresco misterio y me dijeron que en experimentos científicos recientemente realizados, se ha demostrado que el cuarenta por ciento de la fragancia de las rosal! desaparece con la luz del día." y en la vida, como en la cultura humana. ésto no es un pensamiento imaginativo sin base, sino que es un hecho real. -Malcolm J. McLeod.
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