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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Amigos de Dios

El Apóstol Santiago nos lleva a pensar: ¿De dónde vienen todos los conflictos y peleas que hay entre ustedes? Vienen de ustedes mismos, de sus deseos egoístas que siempre están librando una guerra en su interior. Ustedes desean las cosas pero no las consiguen. Su envidia puede llegar hasta el extremo de matar y aun así no consiguen lo que quieren. Por eso discuten y pelean. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios. Y cuando le piden a Dios no reciben nada porque la razón por la que piden es mala, para poder gastar en sus propios placeres. ¡Gente infiel! ¿No saben que amar al mundo es lo mismo que odiar a Dios? El que quiera convertirse en amigo del mundo se convierte en enemigo de Dios. ¿Creen que es en vano lo que dice la Escritura? Pues da a entender que el espíritu humano que él puso en nosotros tiende hacia los malos deseos. Pero el generoso amor que Dios nos da es aun más fuerte, por eso la Escritura dice: «Dios rechaza a los orgullosos, pero es bueno con los humildes». Así que, entréguense a Dios, resistan al diablo y el diablo huirá de ustedes. Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Quiten el pecado de su vida pecadores. Concentren su mente en Dios, ustedes que quieren seguir a Dios y al mundo. Laméntense, pónganse tristes y lloren. Que su risa se convierta en llanto y su felicidad en tristeza. Humíllense ante el Señor y él les dará honra.
Debiera el ser humano pensar como decía el salmista: las causas de su ruina. Cuantas veces se señala, culpa o juzga a Dios por las consecuencias y hasta se pregunta ¿Donde estaba Dios cuando me paso esto? y la pregunta es valida pero en un sentido diferente al que se realiza. Porque... ¿se lo hizo participe a Dios de nuestras decisiones, como para luego echarle en cara los resultados? ¿se le pidió consejo? ¿se atendió al consejo de Dios? Cuanto para examinar, y considerar que nos beneficia volvernos en amistad con Dios y dejar de lado la voz de un mundo que esta de cabeza, ignorando hasta las leyes naturales. Mejor confiar nuestro destino al dador de la vida y congruente Dios, que siempre nos hablo la verdad y nos advirtió sobre que es bueno y que es causante de ruina para cada quien.
¡Bendecida Jornada!


 


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