"¡Que felices son los que en ti reciben fuerzas y de todo corazón desean venir hasta tu templo! Cuando cruzan el valle del Llanto lo convierten en manantial; hasta las lluvias tempranas cubren el valle con sus bendiciones" Salmo 84:5, 6. TLA
El consuelo no entra en el corazón alegre y jovial, que vive en la apariencia y en la superficialidad. Tenemos que descender a las " "profundidades" si queremos experimentar este valioso don de Dios que es el consuelo y estar preparados de esta manera para ser cooperadores con El. Volvernos instrumentos en sus manos para desarrollar la tarea de alcanzar a otros la verdad de la vida eterna.
Cuando la noche cubre el jardín de nuestras almas, cuando las hojas se cierran y las flores dejan de recibir dentro de sus pétalos la luz del sol, allí nunca ha de faltar aún en la oscuridad más densa, gotas de rocío celestial, rocío que solamente desciende cuando el sol ha desaparecido.
Así cada situación y cada momento oscuro de nuestras vidas nos hacen ver la necesidad de acercarnos a la luz para ver con claridad lo que verdaderamente importa y es realmente trascendental al punto de llevarnos a las profundidades de Dios y pensar en nuestras almas y la relación que estamos construyendo con Dios y la eternidad.
Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
1 Juan 1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
1 Juan 2:3-6 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Efesios 6: 10-11 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
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