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miércoles, 7 de mayo de 2025

La vida de Oración


 

7 de Mayo del 2025

'Y propúsoles también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar." Lucas 18:1.

La tentación más común en la vida de intercesión es la falta de perseverancia. Empezamos a orar por cualquier cosa; hacemos nuestras peticiones un día, una semana, un mes; y si no recibimos una respuesta definitiva, inmediatamente desmayamos y cesamos de orar por aquello. Esto es una falta mortal. Ello es simplemente la trampa de muchas cosas que empezamos y no terminamos. En todas las esferas de la vida, esto es desastroso. El hombre que adquiere el hábito de empezar las cosas y dejarlas sin terminar, forma el hábito del fracaso. El hombre que empieza a orar por una cosa y no persiste hasta obtener la respuesta que desea, ha formado el mismo hábito en la oración. Desmayar, es fracasar. Entonces la derrota engendra desaliento e incredulidad en la realidad de la oración, lo cual es fatal para obtener cualquier éxito.

Algunos dicen, "¿Durante cuánto tiempo tenemos que orar?" "¿No venimos a un lugar donde podemos cesar de orar y dejar el asunto en las manos de Dios?"

Sólo hay una respuesta. Ora hasta que la cosa que pides se te ha concedido o hasta tener la seguridad en tu corazón de que se te concederá o que Dios ha dicho no. Cuando tenemos esta convicción es cuando podemos cesar de orar; porque la oración no consiste solamente en hablar con Dios, sino que es también una lucha con Satanás. y puesto que Dios usa nuestra intercesión como un factor poderoso en la victoria de esa lucha, El sólo, y no nosotros, debe de decidir cuándo podemos cesar de hacer nuestras peticiones. Asi que no debemos osar el dejar nuestra oración, hasta que recibamos la respuesta o tengamos la certeza de que vamos a recibirla.

En el primer caso, cesamos de orar porque podemos ver que es una realidad. En el segundo caso, no continuamos orando porque creémos, y la fé de nuestro corazón nos dá la misma seguridad de que lo que esperamos es tan cierto como si lo estuviésemos viendo.

A medida que progresamos en la vida de oración, llegamos a experimentar y reconocer más y más la seguridad que Dios nos dá y a conocer cuándo debemos reposar tranquilamente en la misma, o continuar haciendo nuestra petición hasta recibirla. Desarrollar una vida de oración nos mantiene en fe y nos acerca a conocer más el corazoón de Dios,y sus planes para nosotros un destino de dicha en esta vida y de gloria en la eternidad a su lado... crece en la Práctica de Orar.


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