El gozo de nuestra salvación, la paz que sobrepasa todo entendimiento. Son una constante cuando estamos caminando con el Señor, aun atravesando el valle de sombra y de muerte. Su mano nos sostiene y el poder de su Palabra va vivificando nuestra fe y acrecentando nuestra confianza. Necesitamos esa su voz que nos lleva a esa seguridad y nos torna inamovibles, que nos sostiene hasta ver el cumplimiento de su palabra solida y sin vencimiento.
Lamentablemente nos hemos acostumbrado a asumir, que el paso del tiempo sin ver lo que Dios hablo cumplido es suficiente para descartar lo que dijo, olvidando que su Palabra viene a ejecutar lo que Él dijo y no vuelve a Él vacía, sino que es prosperada en aquello para lo que la envió.
Esos héroes de la fe que leemos en Hebreos 11 se sostuvieron como viendo al invisible, permanecieron esperanza contra esperanza y aun sin ver afianzaron su corazón en esas promesas de Dios. Cristianos amados, volvamos a las escrituras;
Jesús nos dice: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Allí tendremos la verdad y el testimonio para sostener nuestra fe y permanecer en ella, hasta ver al Señor cara a cara, no somos de los que retroceden para perdición del alma sino de los que perseveran para preservación del alma.
Gracias por acompañarnos. Aprovechemos la libertad que tenemos para reunirnos para presentarnos delante de Dios y adorarlo. ¡Bendecido fin de semana!
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