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lunes, 14 de julio de 2025

Átate al altar.



 "Atad las víctimas con cuerdas a los cuernos del altar." Salmo 118:27.

Este altar te invita. ¿No pediremos que se nos ate en él para que nunca podamos retroceder de nuestra actitud de consagración? Hay tiempos cuando la vida está llena de luz rosada y escogemos la Cruz; y otras veces, cuando el cielo lo vemos oscuro, nos separamos de ella. No está mal el que estemos atados.

¿Quieres atarnos Tú, bendito Espíritu y enamorarnos con la Cruz, y vamos a no abandonarla nunca? Atanos con la cuerda escarlata de la redención y la cuerda de oro de amor, y la cuerda de plata de la esperanza venidera, para que no nos volvamos o deseemos otra cosa que el ser humildes compañeros de nuestro Señor en Su pena y aflicción. Los cuernos del altar te están invitando. ¿Quieres venir? ¿Quieres vivir siempre en un espíritu de resignación humilde y entregarte enteramente al Señor?-Seleccionado.

Se cuenta la historia de un creyente, que en una convención quiso entregarse al Señor. Todas las noches se consagraba en el altar; pero todas las noches antes de abandonar el mitin, venía el diablo y le convencía que él no se sentía cambiado y que por lo tanto no estaba consagrado. Una y otra vez fué vencido por el adversario. Hasta que finalmente, una noche asistió al mitin con un hacha y una gran estaca. Después de consagrarse, dió un estacazo en el lugar donde se había arrodillado para consagrarse. Cuando iba a abandonar el edificio, el diablo vino como de costumbre y trató de convencerle de que todo era una farsa. Inmediatamente volvió por la estaca y señalando a ella dijo, "Mira Diablo, ¿ves esta estaca? Pues bien, ella es mi testigo de que Dios me ha aceptado para siempre." Entonces el Diablo le dejó y no volvió a dudar sobre el asunto.

Querido, si eres tentado con la duda sobre la finalidad de tu consagración, lleva una estaca a cualquier sitio y haz que ella y aún el mismo diablo, sean testigos delante de Dios, de que este asunto lo has resuelto para siempre.

No dejes que el desánimo de las situaciones te desalientes, más bien corre a su Presencia porque ahí hay nuevas y potentes fuerzas para que sigas adelante y llegues a la meta, porque el fortalecerse en el Señor es tomarse de su mano y dejar que Él te lleve, Él no te suelta si le has dado tu mano y te dejas llevar por Él.

1 Juan 2: 16 y 17  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

1 Corintios 2: 9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.



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