Radio En VIVO

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Vuelve a la Palabra de Dios.




 

"Tú, que me has hecho ver muchas angustias 'Y males, volverás a darme vida." Salmo 71:20.

Dios nos muestra las aflicciones. A veces, cuando esta parte de nuestra educación se está llevando hacia adelante, tenemos que descender a "las partes más profundas de la tierra," pasar por medio de pasajes subterráneos, permanecer sepultados entre los muertos, pero jamás por un solo momento, el lazo de amistad y comunión entre Dios y nosotros se atiranta para romperse; y después Dios vuelve a sacarnos de aquellas profundidades.

No dudes nunca de Dios. Nunca debes decir que El te ha olvidado o abandonado. No pienses jamás que Él no se ocupa de nosotros. El vivificará nuevamente nuestras vidas. En cada madeja de lana siempre existe un trozo alisado por muy enmarañada que pueda estar. Aún el día más largo termina por desaparecer. La nieve del invierno dura bastante, pero al fin desaparece.

Permanece firme; tu trabajo no es en vano. Dios vuelve nuevamente y consuela; y cuando Él lo hace, el corazón que ha olvidado su salmodia pronuncia una canción de júbilo como el Salmista: "Te daré gracias, te alabaré con instrumento de salterio, mis labios cantarán cuando a ti salmeare." 


Lucas 4:1-13 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. 5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 11 y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. 13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

Salmo 125:1 Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre.

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

1 Timoteo 6: 9-12 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.(La Buena batalla de la fe)11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

Nunca dejes que tus pensamientos, tus emociones o tus ganas gobiernen tus decisiones, que sea la Palabra de Dios tu lampara, esa guía precisa y tu lumbrera, esa visión de Dios que te hace ver con plena claridad lo que vivís, porque esas palabras de Dios son eternas, son vivas y eficaces para llevarte al destino de tu propósito, son las palabras de Dios las que vivifican y son la SALIDA a la tentación que proporciona el enemigo para que pierdas tu identidad, la autoridad y el propósito aquí y el destino eterno.

1 Juan 2:15-17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.


Imprimir artículo