"Vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches ... Bendígate Jehová desde Sión, el cual ha hecho los cielos y la tierra." Salmo 134.
Tu dirás que es una hora muy extraña el permanecer en la casa de Dios por la noche para adorar en la profundidad de la aflicción. Verdaderamente, que es una cosa ardua. Sí que lo es, y allí se encuentra la bendición; es la prueba de la fé perfecta. Si yo deseo conocer el amor de mi amigo, debo de saber lo qué él haría por mi en la adversidad. Así tiene que ser con el amor Divino. Para mí es muy fácil el adorar, cuando la vida me sonríe y prospero en todo. Pero supón que cambiase la marea y me viese rodeado de dificultades y aflicciones. ¿Continuaría alegre y gozoso? ¿Permanecería en la casa del Señor por la noche? ¿Lo amaría en la noche que a Él pertenece? ¿Velaría siquiera una hora con Él en su Getsemani? ¿Ayudaría a llevar Su cruz por la vía dolorosa? ¿Permanecería junto a Él en Sus últimos momentos de agonía con María y el discípulo amado? ¿Podría tomar el cuerpo de Cristo con Nicodemo? Entonces mi adoración sería completa y mi bendición gloriosa. Mi amor lo hubiese encontrado en Su humillación. Mi fe lo hubiese hallado en su mansedumbre. Mi corazón hubiese reconocido Su majestad en medio de Su humilde disfraz, y estoy cierto que al fin hubiese deseado no el don, sino el Dador. Cuando pueda permanecer en Su casa por la noche, entonces es cuando habré aceptado a Él, por lo que Él es solamente.- Reflexión de George Matheson.
Salmo 40 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. 3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. 4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. 5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados. 6 Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. 7 Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón. 9 He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes. 10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea. 11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. 12 Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla. 13 Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a socorrerme. 14 Sean avergonzados y confundidos a una Los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y avergüéncense Los que mi mal desean; 15 Sean asolados en pago de su afrenta Los que me dicen: ¡Ea, ea! 16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido. 17 Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Salmos 119:28 Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.
1 Pedro 5:7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Mateo 6:25 El afán y la ansiedad - Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
2 Corintios 4: 7- 10 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Marcos 8:36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Imprimir artículo

No hay comentarios:
Publicar un comentario