"Porque esta carga momentánea y leve de nuestra tribulación, está obrando en sobremanera un alto y eterno peso de gloria." 2 Corintios 4:17. Versión de Weymouth.
“Esta obrando para nosotros.” Nota esto especialmente. Con mucha frecuencia hay quien se pregunta ¿Por qué está la vida del hombre empapada con tanta sangre y deshonrada con tantas lágrimas? La respuesta se encuentra en la palabra "obrando." Estas cosas están obrando algo valioso para nosotros. No sólo nos enseñan el camino de la victoria, sino lo que es mucho mejor, las leyes de la victoria. En cada aflicción hay compensación, y la aflicción es la que obra para obtener la compensación. Es el grito del himno antiguo tan amado: "Dios mío, más cerca de Ti, más cerca de Ti Aunque haya una cruz que me levante."
Frecuentemente es necesario el dolor para que se produzca el gozo. Fanny Crosby jamás hubiese escrito aquel himno tan magnífico, "Veré a él cara a cara," si no hubiese sido por el hecho de que ella nunca pudo contemplar la vista preciosa de los campos verdes, ni la puesta del sol al atardecer, ni la mirada amable y brillante de los ojos de su madre. La falta de su vista fue lo que le ayudó a ganar su extraordinario discernimiento espiritual.
El árbol que sufre, es el que puede ser pulimentado. Cuando el leñador desea algunas líneas bellas en la madera, él siempre corta aquellos trozos que han sido acuchillados por el hacha y retorcidos por la tormenta. De esta manera asegura los nudos y la dureza que puede recibir el lustre.
Es consolador el saber que la aflicción dura sólo por la noche y desaparece a la mañana siguiente. Una tronada es muy breve, si se le compara con el día largo del verano. "El llanto puede durar durante la noche, pero por la mañana viene el gozo." Cuando en tu tribulación buscas el rostro de Dios no serás confundido, no serás avergonzado, renacerá la esperanza en la confianza de que aquel que pago tan alto precio por tu vida, te sostendrá, te perfeccionará, te afirmará, te establecerá y te fortalecerá. Es Él quien transforma tu pensamiento con la Luz de sus Palabras, con la pura y absoluta sabiduría. Confía y suelta a sus pies tu pasado, tu presente y tu futuro, como esa mujer que vertió su alabastro, perfumando con adoración sus pies. Ese humillarnos ante su gracia, reconociendo nuestra profunda necesidad de Él hace que nuestra vida descanse.
Salmos 11:7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.
Salmos 17:15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
Salmos 34:5 Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.
Salmos 80:19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Salmos 89:15 Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte (Reconocer su poder y autoridad); Andará, oh Jehová, a la luz (Sabiduría de su Palabra) de tu rostro.
Salmos 105:4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro.
1 Pedro 5:10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
Santiago 3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Mateo 11:29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
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