9 de Abril del 2025
"Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no aparece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.." Génesis 42:36.
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" Romanos 8:28.
Muchas personas desean poder. Pero, ¿cómo se produce el poder? El otro día visitamos una de esas fábricas grandiosas en que se suministra electricidad a las maquinarias. Oímos el zumbido y ruido de una infinidad de ruedas y preguntamos a un amigo. "¿Cómo producen el poder?" y él me respondió, "Por medio de su movimiento giratorio y la frotación que producen. El rozamiento produce la corriente eléctrica."
Del mismo modo, cuando Dios quiere infundir más poder en tu vida, Él ejerce una presión mayor. El engendra la fuerza espiritual por medio de un duro frotamiento. A algunas personas les desagrada esto, y huyen de la presión en vez de obtener el poder y utilizarlo para elevarse por encima de las causas que producen el dolor.
Para que exista un verdadero equilibrio de fuerza, la oposición es una cosa esencial. Las fuerzas centrípeta y centrífuga que actúan en oposición la una de la otra, son las que mantienen a nuestro planeta en su órbita. La una impeliendo y la otra repeliendo, actúan de tal modo, que nuestro planeta sigue su misma órbita alrededor de su centro solar.
También Dios guía nuestras vidas de esa manera. No es lo suficiente el tener una fuerza que impela, tenemos la misma necesidad de una fuerza que repela, y de esta manera, El nos robustece y mantiene, por medio de las dificultades de la vida, la presión de la prueba, la tentación y aquellas cosas que parecen actuar contra nosotros, pero verdaderamente lo que dichas adversidades hacen es el adelantar nuestro camino y ayudarnos en nuestro bien espiritual.
Demos gracias a Dios tanto por nuestras adversidades como por nuestras alegrías. Tomemos nuestra carga lo mismo que nuestras alas y divinamente impulsados, apretemos con fé y paciencia en nuestro elevado llamamiento celestial. -A. B. Simpson
Salmo 23
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
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