Luz en tinieblas.

 

Que poco valoramos la luz, hasta que la oscuridad comienza a impedirnos ver con claridad. 

Así mismo suele pasarnos cuando no prestamos atención a la advertencia de Dios, esos mensajes antelados con la expresión de ¡CUIDADO PELIGRO! no esta Él amenazándonos ni es su intención amedrentarnos, sino más bien ponernos en aviso. Ante la oscuridad del desconocimiento la propuesta divina es luz que resplandece, llegar a ver lo que está detrás de esa situación que hoy nos puede confundir, generar ansiedad, hacernos ver que es imposible avanza, o llevarnos aun al punto de creer que ya no hay mas para hacer.

Pero es justo en ese punto donde Dios se hace presente a través de la voz de su Espíritu Santo para decirnos Yo estoy contigo, en mis manos estás seguro, ésta preciosa luz nos recuerda que hay veces en que nos bajamos de esa mano por seguir impulsos, emociones o meros sentimientos superfluos que nos desorientan del camino y lo tornan oscuro.

Las palabras de Dios nos ayudan a volvernos sabios y manejar nuestros asuntos con justicia, tener el criterio apropiado para una resolución perfecta de los inconvenientes, sabiduría para planificar proyectos a lograr y generosidad inteligente para dar. 

Es abierto delante de nosotros un camino de luz, a una senda de perfección donde todo es pura gracia de Dios, a nosotros solo nos toca buscar su dirección (reino) y sus directivas (justicia) que todo (literalmente todo) será añadido, las bendiciones te alcanzarán. Amén

Dios te abrace y de luz al definir cada paso que hoy des. Bendiciones. 

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