"Alabadle por sus proezas;Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza...Todo lo que respira alabe al Jehová. ¡Aleluya!"
Salmo 150:2,6 (RVR1960)
Cuando Dios creó todo lo que existe en el principio, lo hizo con un orden lógico, comenzó poniendo orden en el caos, separando la luz de las tinieblas como símbolo desde el principio de la diferencia entre su santidad y el pecado, creo la vegetación y todos los animales y habiendo sido todo bueno, entonces hizo su obra maestra, creó al hombre.
Si todos los animales respiraban, el hombre tenía una respiración divina, había recibido el aliento de vida.
El salmista acaba su recopilación de cánticos y poemas de una manera maravillosa, con una invitación para todos los que le escucharan y lo leyesen, "alabadle por sus hechos poderosos; alabadle según la excelencia de su grandeza... ...Todo lo que respira alabe al Señor. ¡Aleluya!"
Sin duda la invitación a alabar a Dios por sus hechos poderosos es más que llamativa, el escritor sin ninguna duda, al decir esto tenía en su mente las plagas de Egipto, el mar rojo abierto, el maná, la columna de fuego y la nube, las murallas de Jericó siendo derribadas, el fuego descendiendo sobre los profetas de Baal, las victorias conseguidas en la guerra y por supuesto el gigante invencible derribado con una simple piedra.
¿Qué hechos poderosos tienes tú para adorar a Dios? Crees que no los hay, entonces alábalo según la excelencia de su grandeza, pero sea como sea, solo tienes una posibilidad, alaba al Señor, alábalo porque respiras. Nuestra respiración es el aliento de vida que nada más en la creación ha recibido, pero por encima de todo alaba a Dios por su salvación. Esta es la mayor obra milagrosa que ha existir, que Jesús se humillara, se hiciese hombre y muriese como un delincuente para que pudiésemos ser perdonados y justificados ante el Padre.
Si aun respiras entonces alaba al Señor!!!!
Ministerio Jesús la Forma de Vida - San Bernardo del Tuyú
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