Radio En VIVO

lunes, 19 de agosto de 2019

Salmo 73 - El destino de los Malos

"En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos... ...Se mofan, y con maldad hablan de opresión; hablan desde su encumbrada posición. Contra el cielo han puesto su boca, y su lengua se pasea por la tierra... ... ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre"


Se cuenta de un águila que tenía envidia de otra que podía volar mucho más alto y mucho mejor que ella misma. Un día mientras el águila sobrevolaba una gran explanada vio a un cazador y decidió acercarse. El águila le dijo: “Deseo que mates a esa águila que va volando en el aire.” El cazador le dijo que no había ningún problema, que lo único que necesitaba era unas cuantas plumas para su flecha. El águila envidiosa no dudó y se arrancó una de sus plumas. El cazador, apuntó el arco hacia el águila que volaba, pero falló. El águila se arrancó otra pluma, y luego otra, y después otra, hasta que llegó el punto que había perdido tantas plumas que ella misma no pudo volar. El arquero entonces, aprovechando la circunstancia, dio media vuelta y mató al águila envidiosa.

Hoy en día hay mucha gente que es como este águila envidiosa, pero no es algo solo de nuestro tiempo, el salmista se sintió muy alineado con este águila en un momento de su vida, así lo expresó “en cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos… …Se mofan, y con maldad hablan de opresión; hablan desde su encumbrada posición. Contra el cielo han puesto su boca, y su lengua se pasea por la tierra… … ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.”

La envidia es un enemigo peligroso que de darle rienda suelta puede producir verdadera desesperación e incluso llegar a destrozar a una persona. Cuantas veces vemos como personas que tiene más incluso de los que necesitan no son capaces de vivir alegres porque otros tienen más. La envidia es la que genera enfados, malos entendidos, celos, enemistades; realmente debemos tener cuidado con esto, el águila del principio demostró algo, la envidia únicamente perjudica a la persona que la sufre.

Pero hay algo peor que todo esto, cuando somos envidiosos, cuando nuestro corazón anhela lo que otros tienen pecamos directamente contra Dios, cuando no nos conformamos con lo que tenemos y tenemos ansiedad por tener lo que otros tienen, en pocas palabras estamos diciendo que Dios no sabe darnos correctamente lo que deberíamos tener. ¿Pero acaso es Dios injusto? ¿No conoce Dios lo que necesitamos? Por supuesto que sí, es más, si Dios quisiera que fuésemos millonarios simplemente lo seríamos.

Si entendiéramos que solo la Oración, nos aleja de este tipo de mal, que hasta pudiera llevarnos a nuestra propia muerte, realmente, acudiríamos a ella de una manera muy distinta.

OREMOS: Dios ayúdanos a utilizar esta gran herramienta de la oración para acercarnos mas a ti, y solo mirarte a ti, para no mirar con envidia, a los otros, mirarte solo a ti, por cuanto no hay otro deseo sino de tenerte solo a ti en nuestras vidas para que seamos bendecidos por ti. Amen

Centro Cristiano Jesús la Forma de Vida - San Bernardo del Tuyú
Imprimir artículo

No hay comentarios: