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lunes, 14 de agosto de 2017

No contenderá para siempre

La palabra de hoy :
Jesús sana a un muchacho endemoniado (Mt. 17.14-21; Lc. 9.37-43)

Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: !!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
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El articulo de hoy:

“Y yo afligiré a la descendencia de David a causa de esto, mas no para siempre.” 1 Reyes 11: 39 (RVR)

En la familia de la gracia hay disciplina, y esa disciplina es lo suficientemente severa para que pecar sea algo malo y amargo. Salomón, desviado por sus esposas extranjeras, se había erigido otros dioses, y había provocado gravemente al Dios de su padre; por tanto, diez porciones de las doce que constituían su reino le fueron arrancadas, y fueron establecidas como un estado rival. Esta fue una dolorosa aflicción para la casa de David, que sobrevino sobre esa dinastía claramente proveniente de la mano de Dios, como resultado de la conducta impía. El Señor castigará a Sus más amados siervos si se apartan de la
plena obediencia a Sus leyes: quizás en este preciso momento tal castigo esté sobre nosotros. Clamemos humildemente: “Oh Señor, hazme entender por qué contiendes conmigo.” ¡Cuán preciosa es esa cláusula salvadora: “mas no para siempre”! El castigo del pecado es eterno, pero la disciplina paternal por el pecado en un hijo de Dios, no es sino por un tiempo. La enfermedad, la pobreza, la depresión de espíritu, pasarán cuando hubieren rendido el pretendido efecto. Recuerden que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. La vara puede hacer que nos dolamos, pero la espada no hará que muramos. Nuestro dolor presente tiene el propósito de conducirnos al arrepentimiento, para que no seamos destruidos con los malvados.

Ministerio Jesús la Forma de Vida


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